domingo, 23 de julio de 2017

I like mondays in Dragonstone

Ayer estaba en la tienda trabajando y en el Descubrimiento semanal de Spotify sonó el tema I don't like Mondays cantada por Tori Amos. Y me acordé de cuando la cantaba Bob Geldof como artista invitado en un disco que escuché mucho en mi juventud. Creo que era un recopilatorio de Bon Jovi.

Tell me why, I don't like mondays... A veces en un segundo, un par de acordes son más que suficientes para viajar en el tiempo.

Por un momento me puse a pensar en lo identificada que me sentía entonces con la letra (lo poco en llegaba a entender) y la suerte de que tengo ahora que los lunes no me molesten. Sí, ya estoy otra vez con el asunto de cómo me gusta mi trabajo, bla-bla-bla... Pero es que estas siete semanas voy a tener un plus. Seguro que ya sabéis por donde voy.

Así es, el pasado 17 de julio a las 03:00 hora española se estrenó la nueva temporada de Game of Thrones en HBO, esa que ha encumbrado la costa gipuzkoana como la tierra prometida. Después de algo más de un año, por fin ha llegado el invierno y el desenlace de esta trama de poder con ciertos tintes de culebrón venezolano, se está acercando. ¿Qué nervios, eh? Seguro que no soy la única que se le pone la piel de gallina sólo que escuchar la música inicial. Fui de las que empezaron a ver aquel lío de nombres justo cuando empezó. Aquí escribí sobre ese árbol genealógico que me salvó la primera temporada. Porque ahora ya todos son como de la cuadrilla de toda la vida, pero al principio era como cuando te toca una familia política interminable.


En casa ahora somos tres las locas de la serie y estos meses de espera los hemos sufrido en compañía. Eso sí, luego cada una a ver el capítulo cuanto antes por su cuenta, que aquí no hay amistad digna de atrasar el visionado. La temporada pasada, cuando coincidíamos en el timing, era gracioso vernos a cada una meterse en su habitación, sincronizarnos e ir comentándolo por WhatsApp. Las tecnologías nos están llevando demasiado lejos.

El domingo pasado, nerviosa ya a esta hora de la tarde, de repente me acordé que tengo HBO, ergo podía verlo cuando quisiera una vez pasadas las 03:00 horas. Sí, me planteé despertarme a esa hora pero estoy en una edad en la que empiezo a tenerle miedo al insomnio por lo que deseché la idea no sea que luego no pudiera volver a dormirme de la emoción. Pero lo que sí decidí fue adelantar mi despertador para ver el capítulo antes de ir a trabajar. Y aunque no me levanté en mitad de la noche, sentí la misma emoción que cuando una vez de pequeña, en casa nos despertamos todos en plena madrugada para ir al monte a ver las Perseidas. 

Así que mañana, otra vez, adelantaré mi hora de despertarme y disfrutaré del segundo capítulo. Después, emocionada y muy arriba, me levantaré, desayunaré e iré a trabajar con unos andares dignos de la madre de dragones. Porque si antes me costaba dormirme una vez terminado el capítulo, ahora voy a tener todo el día por delante para regodearme en mi emoción.

Maddalen


P.D.: En Hunky Dory nos lo hemos pasado bomba asignando perfume a los protagonistas de serie.

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